temporada alta.
1.
el viento devora la pared de musgos
una casa al costado de la ruta
sus muros caen sobre el verde
el verde sobre alguien más
dejo que el aire vaya
y vuelva
dejo que vaya
y lleve.
2.
si tuviera que resumir
este instante, diría:
felicidad
y también diría:
cama.
3.
una piel que no se aleja de otra piel
más que para ir al baño
y quizás allí
tampoco.
4.
quise dormir tanto
que al despertar ya no estuvieras
y si no estabas
que hubieras vuelto.
5.
el servicio meteorológico coincide
es el verano más inestable en años
en casa
llueve
todas las noches.
6.
tenía una idea acerca de perder
esperaba, suponía, que perder
era decir ya no estás
y puedo
pero no pude
y perder fue
lo más parecido a salir del mar
una tarde
la última tarde
del último día de vacaciones.
ser pez.
quisiera que fueran escamas
posar los dedos rozando
una por una a contrapelo
levantar el polvo
que se escurre entre los ojos frescos
la noche se deja morir
en los intentos
y nado.
nenas.
la
piel untada con protector solar
patinan
las manos raspa la sal
corren
para quitarse el cielo de encima
las
nenas
hace
algunos veranos se trenzaban el pelo
daban
la vuelta al gusano de la mano de papá
ahora
juegan dentro del agua, la espuma
se
pierde en el nudo de la bikini
rosa
chicle
entrando
y saliendo
se
besan debajo de las olas
en
el fondo
todas
las bocas
se
tocan
en
el agua
la
única lengua
es
del mar.
ojos.
lo mejor de no saber es
no saber
sin levantar la vista, al costado
un hombre desnudo hace el saludo al sol
si mira lo miro
parece que no hay nadie
lo mejor de no saber
es que el miedo no son pasos
el miedo es agua de mar
llegar y encontrar algas verdes y
amarillas sobre piedras
donde el agua pasa y
recorre no se asienta y
el viento llega solo, en enero
por la tarde
todo se cruza
la ruta
una familia en el auto rural
me acerca a la estación
(no traje mis ojos
cómo lamento no haberlos traído)
explicar no
el éxtasis de esta soledad
un viaje corto de vuelta al hogar
esa casa que no es mía, no adorné
ni elegí, es enero
la lámpara mantiene su bronce oxidado
él está sentado
sonríe papas hervidas
agradece caviar
creo que pude extrañarlo en la tarde
al dormir la siesta y en el sueño
la noche y el tiempo
pensé: no
no tanto
pone cara de: te hice café
preparo polenta y le escondo sorpresas
vos
sos una mujer que prepara té de manzanilla
vos
en algún momento sos un hombre
que ofrece compartir un durazno
y creemos que es verano
pero no sabemos bien qué día
y lo mejor de no saber
es no saber.
pesca.
una
puerta entre los médanos
un
túnel de arena blanca lisa
la
división
zona
de pesca, zona de baño
separa
grupos alrededor del sol
las
familias con sus hijos
las
familias con sus perros/hijos
y
otras familias con hijos especiales
los
gritos
los
que ladran
y
los que miran más allá
donde
otros no pueden ver
varios
hombres se acomodan en fila
sostenidos
de sus cañas
exhiben
erguidos la erección del metal
tensa
la tanza
casi
militar
sus
panzas que cuelgan
casi
familiar
protegen
con las manos la espera del pez
que
alguna mujer les cocinó hace tiempo
el
macho proveedor
de
espaldas a la hembra hogareña
sentada
metros atrás donde
la
arena quema, ella
toma
mates uno tras otro
lee
algún libro playero
que
en el mes de julio olvidará
entierra
las manos en una bolsa
llena
de grasa
con
forma de número nueve
al
mediodía
se
van como llegaron
vacíos.
callados.
delimarjú.
manzanas
verdes con cáscara
la zanahoria
y su piel
separar con
las yemas de los dedos la carne cruda picada
espolvorear
con avena
un balanceado
orgánico hecho en casa por su dueño
él contaba
los gorgojos que apartaba del cereal
para exigir
en la dietética
que dejaran
de intoxicar a su perro
y le hicieran
descuento
nunca
lo vi
preparar un asado
sí, mojar el
pan, su pan
con manteca
dentro del café con leche
más leche que
café
la buena
educación era para los otros
ésos
dormir en el
altillo
eludirse de
los ruidos del mundo del no
construido en
base a negativas sobre las compras a cualquier vendedor ambulante
acercarse a
las luces que dejaba encendidas
un lugar afuera
del lugar
de noche
arriba del no
lugar
la mirada
fija en las barras de madera de la cama cucheta
ganar el
concurso de castillos de arena
por construir
uno sin puentes
ni hadas
y sin
castillo
ser vendedora
de pulseras de lana trenzada
para poder
jugar una ficha en los videojuegos del centro
asegurarse el
sustento
en base al
trabajo
a veces se
acordaban de aprovechar los días de sol
los días de
frío ventilaban la humedad de los colchones
los días de
viento y lluvia compraban sweaters
los días que
subsistían
la mujer
guardaba en un frasco
algo de la
humedad restante, salada
el olor del
mar
lo trasladaba
de una casa a otra
sin pedir
permiso
como si no
existiera el no
sabiendo que
puede
tragar el
vidrio.
calle tiburón.
un ruido cercano invade el pensamiento
la foto polaroid sobre la ventana distrae
los muestra como familia normal en una playa un día
normal de verano
quizás alguien cuida de mí sosteniendo el tiempo
los segundos son capas
mantas de tierra movediza
pantanos donde el hombre gordo se hace cortina
y detrás de él hilo, hueso
en otra latitud una luz no define las horas
pero allí son las dos y
de la parra nacen racimos de uvas amarillentas, ácidas
el codo se apoya en sus propios ángulos
sostiene el peso del no querer
las comadrejas
huyen por el fondo
al pozo ciego
igual que todo lo que se va sin que podamos ver
el pasto insiste en crecer verde brasil
lastima la planta de los pies
simulando un bienestar promiscuo
invadido de plagas
ranas y risas
la lluvia siempre en esa fuente
inquieta las formas
devuelve un collage de personas invertidas
no todos son niños, sí
son niños
en la ducha el agua salada
caía por los cuerpos
los restos de arena
imposibles de eliminar
recuerdan que febrero quema
más adentro
ella
que no sabía qué hacer ante la escena
acomodó su cabeza en la almohada
y quiso dormir
hasta el verano siguiente.
lo que no se ve.
la luz azul no se ve
intuyo que quizás
detrás de esa ventana de hotel
ilumina algunos cuerpos
son más de dos hace días
una casa sin temperatura interna
un adentro afuera diluido
afuera siempre mar
adentro yo
en períodos de tiempo breve
distante de allí
en el momento más ajeno
un polo miedoso y errático
ilumina algunos cuerpos
son más de dos hace días
una casa sin temperatura interna
un adentro afuera diluido
afuera siempre mar
adentro yo
en períodos de tiempo breve
distante de allí
en el momento más ajeno
un polo miedoso y errático
camino sobre cada rectángulo de madera
recojo la tierra de los bordes antes
cuando todo parecía imposible antes
cuando todo lo imposible
no se veía y además
era imposible de imaginar
recojo la tierra de los bordes antes
cuando todo parecía imposible antes
cuando todo lo imposible
no se veía y además
era imposible de imaginar
la noche otra vez
muñecos de plastilina se desarman del otro lado de la mesa
muñecos de plastilina se desarman del otro lado de la mesa
durante algunos minutos son sólo formas
en el abrazo el beso y la mañana
hombre
en el abrazo el beso y la mañana
hombre
en la cara el cuerpo la mirada
no se ve, ella
prepara una bolsa
llena de sí
el círculo si cierra ahoga
si no cierra duele
duele
ahoga
respiro hondo
durante un día
no se ve, ella
prepara una bolsa
llena de sí
el círculo si cierra ahoga
si no cierra duele
duele
ahoga
respiro hondo
durante un día
el resto de la tarde olvido
planeo navego caigo sobre la alfombra
planeo navego caigo sobre la alfombra
lo que no se ve
lo escondo en algún estante
al lado de los lentes negros.
lo escondo en algún estante
al lado de los lentes negros.
temporada
baja.
1.
un cuerpo dormido
puede ser
a- un asiento libre.
b- una mancha gris.
c- un cuerpo dormido.
pensó en un asiento libre
y soltó su mochila
sobre la trama de mis sueños.
2.
la piel
más piel
que pudo
se hizo hueco
sobre un acolchado
que nunca desarmamos.
3.
tres horas sobraron
para desatar
el hilo que
se enredó tres días
antes.
4.
deslizó
su mano
en el camino
lateral
que unía
o separaba
la amistad
del grito.
5.
debajo de la mesa
organizó una fiesta
asistieron
diez dedos
con sus
respectivas
uñas.
6.
no grabé su número
ni su nombre
en la nómina
de personas
a olvidar
por única vez
dejé
que llueva.
7.
tu raza
no existe en mi mundo
fue lo último que pude decirle
cruzando los dedos
detrás de la espalda.
8.
él
lavaba mi bombacha
en la ducha
yo
tiraba al inodoro
los restos de sí mismo.
9.
uno echaba gotas de lavandina
otro
empataba uno a uno
en la platea
del mismo
ring.
10.
un montón de euros
no pudieron
contra un montón
de risas.
11.
el olvido del dolor
es proporcional
al olvido de uno mismo
que es dolor
pero ya no se recuerda.
detrás.
insisto en apoyar la cabeza
sobre el vidrio frío
más tarde es apenas mi frente
levantar una mano
abandonarla al lado de la cara
algunas veces
me acuerdo de respirar
sólo para percibir
la sorpresa de las formas
cuando pienso en una ventana
siempre es la misma
y añoro el verano lejos
existen tantos caminos para morir
y quiero hacerlo observando
detrás del vidrio
en el edificio de en frente
miran televisión
deciden morir
sentados.
a las siete.
1.
la camisa celeste
sin apresto
ballenita vencida
doblada al medio
el nudo de la corbata flojo
la transpiración dibujando una aureola
en sus axilas
atrás del vidrio
olor.
2.
mameluco blanco
delantal de pvc
cuchillo y botas reglamentarias
descuelga una res
después otra
ojos de vidrio
un corte
asegura el máximo colesterol
el hielo seco
se hace humo.
3.
tinta negra
tanta
sólo se despierta
para sentir el perfume
del papel
un escalón
lo separa del suelo
y vuelve a las sábanas.
4.
la bolsa de bizcochos
ensucia los sobres
golpea el sello seco
remitente desconocido
su termo plateado
yerba derramada
bostezo
¿quién sigue?
5.
introduzca su clave de acceso
apoye el pulgar derecho sobre la pantalla
(acceso denegado)
dirigirse a la oficina de RRHH
estamos trabajando para brindarles un mejor
servicio.
6.
un pedazo de carne cruda
no, cocida
se quedó sin tanza
busca su caña
se aleja por las escalinatas de tierra y piedras
nunca supo si el río era arcilla
o agua.
7.
toalla
toalla
agua
piel
hiel
agua
se van por la rejilla.
asientos.
esperaba en algún lugar
una tarde en la que el cielo no decía más que:
se termina el día
el calor del verano en ciudades ajenas no es igual
la terraza despide
la eternidad de las fiestas
y revienta el sol que pintan los niños
redondo en rayos concéntricos
esa mujer que es la misma luna
es ángulo de sí
escupe cansancio
piensa, no una ni dos
sino varias veces
en cómo salir del tiempo
perderse en la cima de una radio que nadie escucha
titila un orador en su vigilia
la inquieta, sin despabilar su brillo
cruza los dedos y se miente
enciende las velas, prefiere
que se quemen los esfuerzos sin derretirse
el perímetro de lucha se achica
y donde entraban dos, ahora cabe
uno solo.
tiempo.
dudo del material de la promesa
invierto tiempo creyendo que
después del segundo cincuenta y nueve
viene el sesenta
entonces el futuro es
ese segundo donde
dudo del material de la promesa
invierto tiempo creyendo que
después del segundo cincuenta y nueve
viene el sesenta
entonces el futuro es
ese segundo donde
la promesa no se cumple
la vida puede ser un pensamiento que se vuelve
la vida puede ser un pensamiento que se vuelve
mucho más profundo, que se ha instalado
en el fondo de todos los otros
pensamientos
una manta gigante donde la mujer se
esparce
retuerce sus piernas y dibuja una
superficie
con la punta de los pies en cuarto
creciente
te deseo una luna vacía
te deseo una luna vacía
programar el despertador
para abrir los ojos dentro de dos años
para abrir los ojos dentro de dos años
volver en el medio de la noche
viajando otra vez hasta acá
al punto donde
salteo la farsa y me detengo
ya no queda nadie
ya no queda mar.
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Pilar Almagro Paz.
"Veraneo" Editorial Tropofonía- Septiembre de 2011.
(todos los textos que componen "Veraneo" podrán ser utilizados libremente, citando al autor. Gracias!)